Al tratarse de mi primera visita guiada, estaba un pelín nerviosa, pero según se fue desarrollando el recorrido e iban interviniendo mis compañeros, los nervios iban desapareciendo hasta resultar inexistentes.
Me sentí cómoda cuando llegó mi turno, a pesar de los pequeños "contratiempos" que surgieron (en las aulas del gimnasio estaban dando clase y no pude mostrar el interior del edificio).
Los alumnos a los que iba dirigida la explicación se mostraron en todo momento atentos y respetuosos, lo que ayudó bastante durante toda la ruta.
Pau.
-Wanderlust :)
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